Los azulejos de cerámica de Manises en el siglo XVIII se caracterizan por su técnica de esmalte y decoración. Manises, ubicado en la provincia de Valencia en España, fue uno de los principales centros de producción de azulejos durante esta época.
Los azulejos de cerámica de Manises en el siglo XVIII presentaban motivos ornamentales que reflejaban la influencia de estilos como el barroco y el rococó. La paleta de colores utilizada era muy variada e incluía tonos azules, verdes, amarillos y blancos.
La técnica de esmalte aplicada en estos azulejos consistía en la aplicación de una capa de vidrio sobre la superficie de la cerámica, lo que proporcionaba un acabado brillante y resistente. Además, los azulejos solían ser decorados con motivos florales, geométricos y narrativos.
En cuanto a su uso, los azulejos de cerámica de Manises en el siglo XVIII se utilizaron para decorar interiores y exteriores de edificios, como iglesias, palacios y casas nobles. También se emplearon en el revestimiento de fuentes y murallas.
Hoy en día, los azulejos de cerámica de Manises del siglo XVIII son considerados verdaderas obras de arte y se pueden encontrar en museos y colecciones privadas de todo el mundo. Su belleza y calidad artística los convierten en un legado invaluable de la tradición cerámica de Manises en esa época.
Manises fue un importante foco de alfarería desde el siglo XIV evolucionando hacia la producción de diversos tipos de pastas cerámicas, loza fina, porcelana, gres…
los investigadores coinciden en aceptar que los alfareros de la zona comenzaron a producir loza dorada en el primer cuarto del siglo XIV. Fruto de aquella alfarería gótico-mudéjar, serían los excelentes ejemplares de cerámica decorada en azul y/o reflejo metálico dorado hallados en excavaciones arqueológicas en el subsuelo de Manises. (más información)
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Un abrazo. Vicente Ferrer.
La Sandalia de Hermes


